Noelia de Mingo, esquizofrenia en el Hospital
Hace 18 años esta doctora protagonizó un sangriento episodio en la Fundación Jimenez Díaz, hospital donde trabajaba. Apuñaló a varias personas, llevándose la vida de tres de ellas. Seis personas más fueron heridas, algunas de gravedad. Todo se debió a un brote de esquizofrenia que sufrió esta persona.
No sabemos si con la debida atención esta mujer hubiera mejorado, pero lo que es seguro es que el episodio que desencadenó el trágico suceso, tal vez SI que se pudiera haber EVITADO.
En efecto. En el juicio en el que Noelia de Mingo fue declarada absuelta, (aunque por su patología, fue ingresada en una institución psiquiátrica), en dicho juicio, la Fundación Jimenez Díaz fue declarada responsable civil subsidiaria. Nunca nadie llegó a entender cómo estaba trabajando al servicio público una persona que ya manifestaba los brotes psicóticos que estallarían el 3 de abril de 2003 llevándose la vida de 3 personas e hiriendo a otras seis.
La psicosis de esta doctora, residente de reumatología en la Fundación, era conocida por sus compañeros y puestos los hechos sospechosos en conocimiento de los responsables del Hospital. Refieren los compañeros que esta doctora daba a los pacientes recetas inverosímiles o remedios dudosos. Notaban que, cuando tenía que pinchar a un paciente, lo hacía buscando hacerle daño. Incluso algunos compañeros, viendo estos actos, animaban a los pacientes a «venir otro día», cuando le tocaba pasar consulta a esta doctora.
Otros hechos, como dejar las hojas clínicas de los pacientes en blanco, sin rellenar o escribir los informes en el ordenador mientras éste estaba apagado, eran indicativos MÁS QUE PALPABLES de la falta de cordura de esta doctora. Sin embargo, el Hospital, conocedor de estos y otros hechos, mantuvo irresponsablemente a esta doctora en su puesto.
Y la historia se repite
Los hechos han tenido amplia cobertura mediática. La doctora, de nuevo armada con un cuchillo de grandes dimensiones ha intentado matar en un supermercado a dos personas, una de ellas ha resultado herida de gravedad.
La doctora llevaba en libertad 4 años. Fue en el 2017 cuando distintos informes de médicos forenses , de psicólogos y trabajadores sociales recomendaban la puesta en libertad de Noelia de Mingo. El Juez de Vigilancia penitenciaria aceptó su puesta en libertad bajo la tutela de la madre de la doctora (persona de 80 años), y siendo sometida a un tratamiento ambulatorio permanente.
Hemos de destacar que el abogado de las víctimas, Carlos Sardinero, siempre se opuso a esta recomendación, ya que nadie, ni siquiera los psiquiatras que la trataron, nadie tenía la seguridad ni la garantía de que no volviera a «perder la cabeza». En efecto, un protocolo de vigilancia muy ligero (visitas con el médico de cabecera cada 2 semanas) y un control por parte de un familiar que justamente no se encuentra en disposición de «controlar» debido a su avanzada edad, hacía temer a este abogado lo peor… como así ha sucedido.
¿En qué cabeza cabe?
Nos resulta INCOMPRENSIBLE, INCONCEBIBLE, INADMISIBLE, que una persona que se halla en tratamiento psiquiátrico, que ha de estar vigilada en su tratamiento ya que puede dejar de tomarlo, se ponga al cuidado de una persona octogenaria (su madre). Realmente, quienes tomaron esta «decisión», estuvieron carentes de apreciar la realidad de esa mujer o bien, sencillamente, les importó bien poco quién se encargaba de ella mientras ellos se lavaban las manos… o ambas cosas. Pero lo cierto es que los responsables de poner a esta mujer en libertad con las condiciones en las que la pusieron, son TAMBIÉN los responsables de los daños que esta persona psicótica haya podido ocasionar. Recordamos que ha estado a punto de volver a matar a otras personas.
Pues SI, este intento de asesinato TAMBIÉN se podía haber EVITADO.