Negligencias Médicas Valencia

Condena millonaria por un retraso en una urgencia neuroquirúrgica

pruebas-medicasPor Javier Bruna: La Sentencia del Tribunal Supremo que aquí comentamos refleja un caso que sucede con harta frecuencia, aunque las consecuencias no siempre sean tan gravosas como en el presente. Porque a nuestro despacho han llegado desgraciadamente innumerables casos de que en lugar de hacer un correcto diagnóstico al paciente, efectuándole para ello las pruebas que sean precisas sin regatear medios, se acude al socorrido «problemas psicológicos».

Es como un runrún médico que se repite con insistencia: Cuantas veces ciertos facultativos, en lugar de extremar su labor de vigilancia y control y hacer un examen a fondo del paciente, se conforman con uno superficial y banal y con las pruebas mínimas efectúan el diagnóstico fácil: El paciente tiene un problema psiológico. Y se quedan más anchos que panchos. Y a por otro paciente.

Y desde aquí queremos denunciar con vehemencia tan lamentable práctica. Si un médico -que puede ocurrir, porque todos somos humanos y no todos son como el Dr. House-, sea de la especialidad que sea, no llega a dar con el correcto diagnóstico del paciente, lo más sensato, prudente (y humilde) es decir: «pues no sé que tiene Usted». Pero lo que nunca se puede decir es que el paciente tiene un problema psicológico, que es tanto como decir que es un quejica y que se queja de vicio.

Y no lo pueden decir porque resulta un insulto a la inteligencia y sensibilidad del propio paciente, creándole una absoluta impotencia que se añade a su sufrimiento porque encima de padecer lo que está padeciendo, tiene que oir que se queja de «vicio» o porque está «tarado». Y porque después, cuando se llega al diagnóstico cierto y veraz, crea a los familiares una enorme culpabilidad por hacer hecho caso a lo que el facultativo les había dicho en lugar de hacer caso a lo estaban viendo y sintiendo de su ser querido.

Cuantas veces se me ha dado el caso de que los familiares de un fallecido llegan a mi despacho para denunciar el caso de un retraso de un cáncer en su ser querido. Pero lo peor de todo, lo que les quita el sueño y no les deja vivir, es que no tienen forma de quitarse de la culpabilidad de encima, de haber oido a su familiar quejarse de dolor y de oir, por contra, al facultativo de turno -que en lugar de hacer lo posible por diagnosticarle el cáncer- decir que lo que tiene el paciente es un problema psicológico. Y ellos hacerle caso y tratar a su familiar como una persona que no está bien de la cabeza, hasta que al final, cuando descubren que en realidad tenía cáncer ya es demasiado tarde y no se puede hacer nada por salvar su vida.

Por ello desde esta sede quisiera exclamar o gritar que YA ESTA BIEN DE QUE SE DIAGNOSTIQUE UN PROBLEMA PSICOLOGICO a un paciente que se está quejando de que algo le duele. Que dejen de tratarlo como a un ser inferior. Si no le quieren hacer caso o no quieren realizarle más pruebas para dar con el diagnóstico certero que lo digan claramente. Si pese a hacer todo lo posible no llegan a dar con ese diagnóstico, que tengan la sensatez y humildad de reconocer que han llegado hasta donde han podido, pero que no saben que le pasa al paciente. Todo menos decir, por favor lo ruego, de que el paciente tiene un problema psicológico. Porque aparte de no curar y cumplir con su deber, encima hacen más daño del que tiene ya de por sí el enfermo.

Condena millonaria por un retraso en una urgencia neuroquirúrgica

El Tribunal Supremo hizo pública ayer una sentencia por la que confirma en su integridad la dictada en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y que condenó a la Consejería de Madrid al pago de una indemnización de más de un millón de euros por las lesiones neurológicas sufridas por una paciente derivadas de un retraso en un servicio de Urgencias y Neurocirugía de un hospital público.

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